Mi primera vez con bastones

Este domingo por fin hice una de esas cosas que cada semana digo que voy a hacer y por pereza o falta de tiempo para prepararlo se queda en el tintero. He bautizado aquellos bastones que compré hace dos años por la simple razón de que estaban muy rebajados.



Lo primero fue convencerme de que lo iba a hacer, cuando no estás acostumbrado a salir a entrenar con algo tan "ostentoso" te imaginas como un bicho raro con ellos. Lo segundo ver como podía cargarlos en mi mochila (Salomon Skin Pro 10+3) sin que me molestaran al correr, esto costó lo suyo pero al final lo conseguí. En la review de la mochila pondré las instrucciones, es sencillo pero nada obvio.

Por último tocaba documentarse un poco sobre cómo deben usarse, a qué longitud hay que regularlos, qué técnica usar... así que un par de días antes me puse a investigar por la Red y encontré varios artículos que a modo de introducción vienen muy bien. Lo cierto es que, o es un tema que da poco juego, o la gente acaba publicando refritos de otros, porque la mayoría de los artículos se parecen mucho entre sí. Dejo unos cuantos enlaces por si alguien quiere profundizar un poco.


Gracias a la información que leí me di cuenta de que quizás mis bastones estaban tan baratos porque les faltaban las rosetas que llevan para que no se hundan en zonas con mucha vegetación, arena o, como en el caso de la Transvulcania, picón. El caso es que me vendría bien comprarlas pero no parece que haya muchas opciones de encontrar accesorios de la marca Komperdell en Gran Canaria.

El campo de pruebas fue una salida por montaña de 30km, que terminaron siendo unos 34 porque un paisano me lió y me mandó por el camino equivocado (olvidé el reloj-GPS en casa), y unos 1900 metros de desnivel positivo y negativo. La idea era hacer la primera ascensión con los bastones, el primer descenso con ellos en la mochila para ver si no me molestaban, y la subida y bajada final de nuevo con los bastones.

Lo que hay que sufrir para probar algo en montaña

Los primeros metros fueron un poco traumáticos, a cada rato los bastones tropezaban con algo al avanzar y perdía muchos apoyos pero poco a poco le fui cogiendo el tranquillo. Supongo que tantas sesiones de elíptica deben haber servido de algo para coordinar medianamente el movimiento de piernas y brazos. En subida se nota muchísimo el descanso que le das a los cuádriceps e incluso vas más bajo de pulsaciones, si uno quiere cebarse es más fácil correr cuesta arriba aunque este no es era el objetivo de la prueba.

El anclaje de los bastones a la mochila fue perfecto, notas que hay algo detrás pero no se mueve ni hace ruido. Además soy capaz de guardarlos sin quitarme la mochila, perfecto porque creo que en la Transvulcania los llevaré hasta el final. La única pega es que tampoco tengo los tapones que se ponen en la punta y según que movimiento haga puedo rozarme con ellas, otra cosa para la lista de la compra.

Si subiendo van bien, bajando a ritmo ultratrail (a ritmo medio sin tirarse a lo loco por la pendiente) son una maravilla. Ir apoyando los bastones hace que la rodilla y el cuádriceps no se lleven toda la tensión en la bajada o que puedas salir de las curvas sin forzar tanto con un simple apoyo. Eso sí, siempre con las dragoneras sueltas, si me doy una galleta bajando, que el palo salga para donde quiera pero que no se lleve mi muñeca con él.

Philipp Reiter, uno que no se separa de sus bastones

Una ventaja que se aprecia en cualquier terreno es la seguridad que da tener dos puntos de apoyo más, en terrenos extremadamente técnicos supongo que pueden ser un problema si hay que dedicarse a escalar, pero se pueden superar muchos pasos de complejidad media gracias a los puntos de apoyo extra que ofrecen los bastones.

La verdad es que la prueba ha sido muy positiva aunque como todo también tiene inconvenientes: en los llanos molestan más que ayudan, al igual que en senderos estrechos con mucha vegetación a los lados porque no hay forma de sacar los bastones hacia delante, también hay que tener cuidado en las bajadas de cruzarse un bastón delante y salir volando por su culpa. Desde el punto de vista físico, al día siguiente me dolía un poco una de las muñecas, supongo que tiene que ver con la falta de costumbre, eso sí, las agujetas en los brazos que daba por seguras no han aparecido.

No los usaría regularmente para entrenar en montaña porque creo que se pierde trabajo de fuerza en las piernas pero su uso puede ser ideal para las semanas previas a una ultra, cuando el volumen ya está hecho y se trata de afinar y no forzar de cara al palizón final.

La verdad es que los beneficios compensan las desventajas, para una ultra creo que me van a venir genial y no los descartaría para trails más cortos. Seguramente llegue hasta el final con ellos, veo los últimos kilómetros de la Transvulcania y creo que me pueden servir para superar la bajada y subida final o, como mínimo, harán de cachaba si llego muy lisiado a esa zona.



Ahora sólo me queda buscar una maleta en la que quepan, porque supongo que llevarlo como equipaje de mano en el avión no va a colar ;)

NOTA: Agradecer a José Yánez, Manuel Lobelle y Gonzalo Martínez que me aconsejaran usarlos en La Palma y a "Bajo mi sombrilla" por haberme dado la paliza con el tema desde antes de la Transgrancanaria Advanced del año pasado.

Comentarios

  1. ¿A que no fue tan traumática la experiencia? En las subidas son una gran ayuda para descargar las piernas. Personalmente prefiero bajar sin bastones, pero cuando uno va cascado también pueden ser de gran ayuda. Viendo lo justa que estas llevando la preparación de la Transvulcania, cualquier ayuda es bienvenida para llegar a meta.

    Suerte!

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  2. Bueno yo llevo también un par de meses usándolos para el Gran Trail de Peñalara y subrayo todo lo que dices, pero yo si añado unas fuetes agujetas en los trapecios en las primeras salidas duras y que poco a poco ya he logrado mitigar. Son una autentica ventaja en las duras ascensiones donde la espalda sufre de los suyo cuando tienes que ir agachado.

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  3. Vaya! todo en esta vida hay que entrenarlo! :-) cuando corremos movemos los brazos instintivamente pero con los palos veo que es diferente, tengo unos para las salidas a andar en la montaña pero si me imagino corriendo con ellos creo que los tiraría al monte en la primera oportunidad :-)
    Suerte!!
    bss
    Tania

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  4. Pues esperemos que sean de ayuda para la Transvulcania. Ya nos contarás qué tal.

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  5. Espero que te sean útiles en la Transvulcania, personalmente me molestan más que me ayudan, será la falta de práctica. Un saludo.

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  6. Me viene al pelo tú entrada, porque ya empiezo a pensar en otra batalla, y creo que toda información va a ser poca.

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  7. Perfecto si te adaptas bien te serán de gran ayuda en La Palma, la ventaja que tienes es que no existiran sendas con vegetación lateral que te inoportune, al menos la parte que conozco.

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  8. Nunca abandones los bastones!!!! En determinados perfiles de carrera, los bastones son un placer...y ayudan...los black diamont caben en la maleta de mano y son comodísimos de portar...para los proximos!! que nervios...estoy con antibioticos espero estar sano para la transV....Me estoy empapando de tu literatura, equipación, consejos...todo muy currao..que bueno...Nos vemos pronto :) en los cascajos jajaja

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  9. Yo soy muy de asfalto, ya tú sabes, pero tengo palos para ir a andar en montaña y las sensaciones son las mismas. Más puntos de apoyo en subida y en bajada. Está bien eso de ir probando material...
    Aunque yo me veo con bastones más como el de la foto de cabecera.
    Saludos

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  10. Yo después de haber hecho un par de salidas con ellos tengo más que claro que estarán conmigo todo el tiempo que aguante en la carrera, es más, si los hubiera llevado el año pasado en la transgc habría llegado mucho antes a meta.
    Te veo en poco más de una semana :)

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